jueves, 23 de abril de 2009

33+

Ya no son 33, ya son más de 33. Dos días más que se convertirán en tres, cuatro, diez o sesenta de forma inexorable. Da igual, es lo mismo, ni me siento cansado ni me siento triste ni me siento decepcionado. Al menos, no por la edad. Son otras cosas las que me cansan, entristecen y decepcionan, como a todos. Algunas dependen de mi, otras no (aunque si rascas un poco la superficie también acaban dependiendo de mi).

El día en el que el 33 llegó a mi vida lo pasé en un curso (Bloomberg, para más señas, aunque os interesará cero). Es una forma curiosa de pasar el día de cumpleaños, al menos no es una forma como otra cualquiera, podemos encontrar una larga lista de actividades más divertidas pero también más aburridas. El día acabó con una cena sorpresa en lo que sería uno de mis restaurantes favoritos de Shanghai. Esa es una de las cosas que ni me cansan, ni me entristecen, ni me decepcionan: la gente (perdón por llamarles cosas en la oración previa) que he conocido aquí.

33, 32 más 1 o 34 menos 1, da igual, son números. Lo que importa es como rellenas los huecos que forman esos números; lo que importa es echar la vista atrás y estar orgulloso (o contento o, al menos, no asqueado) con la materia con la que has rellenado los huecos. Aunque no sea un material lo suficientemente bueno para escribir un libro, que sea como mínimo un material para nutrir algunas historias, cortas, breves, de pequeño serial televisivo, pero que den sentido a un camino que va por el punto kilométrico 33.

Echar la vista atrás y saber que tienes algo que contar cuando te preguntan: ¿qué has estado haciendo? ¿qué has estudiado, en qué has trabajado? ¿con quien has salido, entrado, comido y otros participios que no voy a escribir? Esas preguntas que te hacen y que a veces no sabes como contestar porque echas la vista atrás y la materia con la que has rellenado los huecos está resquebrajada. Y esas no son las peores preguntas, claro, pero sí las que te definen. Luego llegan las del futuro, las que cuestionan lo que vas a hacer, las que pretenden indagar en aquello de lo que se construyen los sueños y que después será (si todo ha ido extremadamente bien) con lo que has rellando el espacio en blanco. Y ahí es cuando te retratas del todo, ahí es cuando vayas por el 20, el 28, el 33, el 29 o el 47, sabes de forma definitiva que pasado, presente y futuro son todo uno y que no hay nada peor que echar la vista adelante y ver lo mismo que verías si contemplases el pasado: decepción, tristeza y cansancio.

33+, deseemos no quedarnos ahí, deseemos mantener las relaciones que he empezado este año, deseemos no perder las de años anteriores, deseemos acabar con d, t y c. Mirar al futuro y sonreir es posiblemente lo más adecuado y deseable pero ¿es siempre posible?

viernes, 10 de abril de 2009

El final de todas las cosas

Acabo de ver el ultimo capítulo de Urgencias. Tras 15 años las puertas del County General se han cerrado. Han sido quince temporadas fantasticas, algunas mejores, otras peores pero en general con un nivel mas que aceptable. No he visto las ultimas dos, aunque pronto subsanaré ese pequeño detalle, pero quería ver como cerraban una de mis series.

Echo la vista atrás y recuerdo el primer capítulo de "Urgencias" en Televisión Española. Lo emitieron en prime time pero no funcionó. En aquella época no estaba de moda descargarse las series como ahora, ni siquiera comprarlas en DVD. En aquella época solo tenías la tele para verlas y cuando la quitaron de prime time las cosas se complicaron. Recuerdo las noches quedándome hasta la 1 de la madrugada esperando el nuevo capítulo. Recuerdo como algunas veces emitían algún especial y me quedaba con cara de bobo y cabreado. Recuerdo cuanto disfrutaba viéndolos. Son recuerdos vivos, en la soledad del comedor de casa, con la música de la cabecera, tan característica,... El tiempo vuela.

Hoy, muchos años después, a quilómetros de casa, he visto el último capítulo. Y era de nuevo "Urgencias", con nuevos actores, con Alexis Bledel (Rory de Las Chicas Gilmore, otra de mis series), con viejos personajes haciendo apariciones finales... Ha estado todo ahí, para ponerle punto y final a la aventura. Esta es una de las razones por las que me gusta la televisión, porque puede llegar a emocionarme, porque me fascina que se pueda hacer una serie y que dure quince años y que yo pueda ver el último episodio y sentir que algo se acaba.

Este post no tiene nada que ver ni con Shanghai ni con el MBA pero tiene que ver conmigo. Con mi pasado, con las cosas que me gustan, con mis aficiones y mis deseos de futuro. Algún día en algún mundo diferente yo estaré ahí detrás, haciendo algo de eso, lo que sea, pero algo... Mientras tanto, siempre nos quedarán los episodios para volverlos a disfrutar, y los sueños, y las ganas.

jueves, 9 de abril de 2009

Transiciones y finales de curso

Se acaba el segundo term. Queda solo una semana de clases, tres días en realidad y ya estaremos preparándonos para los exámenes de mayo. Después, vacaciones y el tercer term. Y el internship que todavía no he encontrado y el exchange que todavía no he empezado a preparar. El tiempo vuela y no hay forma de pararlo ni aunque sea un segundo, es difícil detenerse un momento y pensar porque sabes que estás consumiendo un tiempo precioso que podrías estar dedicando a otras cosas. Pero normalmente me lo propongo y lo cumplo. Tengo mis ratos de ver pelis, series y leer y no sacrifico el ocio por una intensa búsqueda de internship. Igual me arrepiento pero por ahora me da un poco igual. Algo saldrá o algo improvisaremos.

En Shanghai las cosas siguen como siempre: de lunes a viernes en la escuela, con reuniones, assignments y ratos perdidos. En fin de semana, visitando alguna cosa que otra y saliendo a cenar. Muy tranquilo. Ese es el motivo de la falta de posts. No hay demasiado que contar o lo que hay que contar no es muy emocionante.

Escuchando: Flash-back al reves, de Klaus & Kinski