Una historia diferente

Se acabó, el primer term ha llegado a su fin. Al menos las clases, que quedan todavía los "temidos" exámenes, todos juntitos en una semana, amenazantes. No es momento de valoraciones, serían en caliente y todos sabeis lo desmesurado que puedo llegar a ser. ¿Cuándo será el momento de valorar entonces? Pues posiblemente ya en casa, delante de un café, charlando con algún amigo, cuando pueda poner en palabras más fácilmente que aquí muchas de las cosas que pasan por mi cabeza. Si es que me acuerdo de ellas.

Pero se acabaron los trabajos en grupo y las interminables y aburridas clases (algunas, no todas), se acabaron algunas tonterias (mías y de los demás). Es hora de estudiar, de pasar los días entre libros y ejercicios, de aprovechar el tiempo y descansar a ratos. De lo que no es hora es de pensar en lo que vendrá porque no es el momento ni el lugar. Ya vendrán tiempos mas propicios.

Poco más porque la actualidad aquí no es demasiado interesante. Espero que las cosas por allí sean más trepidantes, pero tampoco es cuestión de que todos vivamos como si fuesemos Daniel Craig en "Quantum of Solace". Aunque, ahora que lo pienso, como me gustaría ser Daniel Craig...

La distancia adecuada

A veces me pregunto cual es la distancia adecuada que debemos mantener respecto a casi todo: respecto a nuestro trabajo o estudios, a nuestros amigos, a aquella persona que nos ronda o a la que rondamos... Es difícil imponerse límites y fronteras a como te aproximas a las cosas que vives o que están cerca y evidentemente no hablo de fronteras físicas (que las hay) sino que hablo de las fronteras emocionales.


¿Cuál es la mejor manera de sobrellevar un trabajo que no sale o un grupo que no funciona? ¿Cómo responder a comentarios que no te gustan o te parecen ofensivos? ¿Qué tamaño debe tener la coraza que muchos de nosotros construimos? En definitiva, ¿cuál es la distancia adecuada que nos permite protegernos y a la vez no nos deja fuera de todo? Difícil pregunta y seguramente no tendrá una respuesta sencilla.


Os preguntareis: ¿a qué viene esta filosofía barata? O exclamareis: ¡Pero que sarta de sandeces que escribe este idiota! Independientemente del grupo en el que esteis, la pregunta va en serio. Mi cabeza se pone a pensar cosas muy tontas cuando no está haciendo algo de provecho y estos días que llevo con fiebre, he hecho muy poco de provecho y me ha dado por pensar más de la cuenta. Y aunque me gustaría que me diera por reflexionar sobre temas más interesantes pues me salen estas cosas, que no sirven para nada y únicamente me traen quebraderos de cabeza.

Estos días en China han sido complicados, he pasado unas jornadas con un resfriado (por llamarlo de alguna manera) acompañado de fiebre. Afortunadamente ahora estoy mejor, se puede decir que la enfermedad me ha abandonado, y espero que no vuelva. Además de los dolores de cabeza hemos tenido la vista del insigne alcalde de Barcelona y he asistido a las clases habituales de todos los días. Quedan dos semanitas para que las clases acaben y parecía que esto empezó ayer. A continuación nos vamos el fin de semana a Beijing como interludio antes de la semana de estudio (¡¡¡que sobrados!!!) y después a estudiar y los exámenes. Ese es mi planning antes de la vuelta a casa. Esperadme allí. Por supuesto, intentaré actualizar antes.

Y como en China estoy más musical que nunca (es lo que tiene la soledad) mis discos más que escuchados estos días son: "Tu labio superior" de Christina Rosenvinge, "Way to normal" de Ben Folds, "I love your glasses" de Russian Red y "Viva la Vida" de Coldplay. Todos ellos más que excelentes. Esto no sirve para nada pero tenía ganas de explicarlo.

Single

Escribir y borrar es todo uno, redactar un post y darte cuenta de que no es lo que quieres o lo que tienes que decir es un sentimiento casi inmediato. Casi todos en algún momento u otro decimos y hacemos cosas de las que nos arrepentimos al momento, y al escribir eso también pasa. Afortunadamente blogger tiene la bonita función de desterrar posts al olvido, aunque desafortunadamente en el proceso también te llevas algún comentario por delante. Pero es lo que hay...

Os hago un update de la situación, un resumen del estado de la nación: hemos pasado unas semanas tremendas con entregas, exámenes y otros actos oficiales y no oficiales. Tras la tormenta llega la calma y durante esta semana la cosa ha estado bastante tranquila, aunque un pequeño resfriado ha venido a visitarme. Pero tranquilos, ya estoy mejor. Iniciamos las tres últimas semanas de curso, con varias entregas por delante, la final del Masters de Shanghai (sin Nadal, una lástima) y los exámenes y la vuelta a España (mi vuelta a España, no hablo de nada relacionado con el ciclismo) como futuro más inmediato.

Y no hay nada más, ni anécdotas, ni historias, ni grandes diversiones, ni emociones únicas... Ya lo veis, la vida en China es como la vida en cualquier sitio, o al menos mi vida en China es como mi vida en cualquier sitio. No sé si vale o no como ejemplo, pero es mi ejemplo. Espero que esteis donde esteis, hagais lo que hagais, las cosas vayan bien.