viernes, 30 de enero de 2009

A Tokio

Continuan los días tranquilos en CEIBS, aunque se empieza a observar algo más de movimiento. La semana próxima supondrá la vuelta a la normalidad con la reactivación de todos los servicios de la escuela y la llegada progresiva de los compañeros. Y mientras mucha gente empieza a volver nosotros estaremos paseando por las calles de Tokio, disfrutando de la energía, del bullicio, de la oferta de variados productos de esa fantástica ciudad (esto me ha quedado un poco "rollo anuncio del Corte Ingles").

Mientras, me he puesto un poquito más en serio con la búsqueda de Internships, aunque la cosa la preveo bastante difícil (¿alguien tiene un internship para ofrecerme?), sigo leyendo algunas cosas del curso y escucho MP3's de ChinesePod para refrescar mi oxidadísimo chino. De fondo, música variada desde la banda sonora de Zodiac hasta los Vampire Weekend pasando por los Coldplay. Marcando los interludios sigo con la octava temporada de Smallville, serie que dejé de ver en la cuarta pero a la que misteriosamente me ha reenganchado. También me entretienen Dead Set, algunas pelis y algún libro que otro. Me he quedado ya sin tebeos porque devoré los tres tomazos de Hitman (¿alguien me manda algún tebeo?). Chicos, Hitman es absolutamente recomendable, haceos con ella y disfrutad de una historia bien planificada con principio y fin y con personajes relativamente creibles, dentro del mundo de los superheroes.

Como veis estos días están siendo muy caseros, paso gran parte del día en la habitación y salgo básicamente para comer o cenar. Y estoy encantado porque la tranquilidad me ha permitido pensar un poquito, aclararme las ideas, intentar poner las cosas en perspectiva; no lo he conseguido del todo pero es un (¿buen?) comienzo. Por otro lado, he reactivado el blog y parece que con ganas de mantener una rutina, ahora espero que lo sigais leyendo y me hagais comentarios.

Ayer fui a cenar con Ana y Antonio a un bar que está en la misma calle de la escuela. Se llama Hard Day's Night: está decorado con portadas de discos y fotos de los Beatles, su clientela habitual son expats que van a ver deportes mientras beben Guiness y Heineken, pero la comida y la música (en directo) lo convierten en un sitio bastante chulo para pasar una noche cualquiera de un día cualquiera de un invierno cualquiera. Sentado allí, mientras escucho música de los 80 mi cabeza empieza a hacerse preguntas que no quiero escuchar y que no tienen respuesta. Sentado allí, miro a mi alrededor y por algún motivo siento una punzada de tristeza. Sentado allí, me dan ganas de levantarme y salir corriendo y no parar y me acuerdo de Superman haciendo que la Tierra dé vueltas en sentido contrario para retroceder el tiempo. Y me imagino que puedo hacerlo e imagino tantas cosas... Las notas de "Girls just want to have fun" (de nuevo, casualidades) me despiertan de mi ensoñación y lo irónico del momento me hace sonreir.

Escuchando: "White Winter Hymnal" de los Fleet Foxes.

jueves, 29 de enero de 2009

La semana fantástica

Seguimos de vacaciones, viendo como los días se suceden, unos con sol, otros con lluvia, los más con un frío soportable. Son días en los que no tenemos demasiadas ganas de hacer cosas y eso que la lista de temas pendientes podría ser muy, muy larga. En estos días la cantina de la escuela funciona a pedales y solo encontramos comida a mediodía (y a veces ni eso). Toca apañarse y salir del campus en busca de algún restaurante en el que comer y cenar; y dado que estamos intentando restringir el gasto (la semana que viene ya gastaremos en Tokyo), algunos días intentamos comer en la escuela tirando de provisiones que tenemos guardadas en los armarios.

La lavandería de la escuela no funciona y he llevado tres o cuatro prendas a la tintorería del Carrefour para que me las laven y me las pueda llevar. Me he tenido que pelear un poco con las chicas de la tintorería porque me decían que hasta el domingo no estarían y no puede ser, yo las necesito para el sábado. Al final me han dicho que el sábado por la noche y espero que estén porque no me fío ni un pelo.

Hoy me levantado con ganas de andar y el día se ha despertado con ganas de llover, acabando con mis ganas y mis planes. Con ese panorama, me he vuelto a la cama y he cerrado un rato más los ojos. Una hora después ya sí que me he levantado y he seguido con el repaso al libro de Cost Accounting. Me tengo que forzar a hacer cosas porque las vacaciones me quitan toda la energía posible y aunque tendría que estar mirando Internships o investigando las universidades para el Exchange, mi poca claridad de ideas me está dificultando demasiado esa misión.

Sobre las doce me he encontrado con el resto de la Spanish Gang (básicamente, los que vamos a Japón) para ir al banco. Teniamos que ingresar el dinero de los billetes de avión en la cuenta de la esposa de un compañero de MBA. ¿Y por qué?, os preguntareis. Pues porque este pais todavía tiene ciertas restricciones técnicas que impiden que los extranjeros compremos cosas con una tarjeta VISA extranjera. La única forma de adquirir los billetes era que los pagase un chino con una tarjeta local, y le pedimos el favor a Arthur, un compañero de grupo de Antonio. Amablemente, su mujer hizo la transacción para que pudieramos viajar.

Después del banco hemos ido a comer a un restaurante cercano. Era un chino bastante decente, no es el típico para turistas, pero tampoco es el típico regulero de barrio. Hemos comido cosas habituales (ternera, fideos fritos, dumplings) porque no estamos para estómagos de pato ni ojos de vaca. Breve sobremesa pues el restaurante cerraba a las 2 y de vuelta a la escuela.

Tras la siesta, aquí estoy de nuevo delante de los libros, pensando en lo que tengo que hacer y deseando no tener que hacer nada. Voy a ver dos capítulos más de Smallville (extrañamente, estoy enganchado a la octava temporada) y el tercero de Perdidos.... Sí, ya sé que tengo cosas que hacer, pero ya las haré mañana.

Escuchando: 'A dustland fairytale' de Killers.

martes, 27 de enero de 2009

Años nuevos

Dos celebraciones de Año Nuevo en menos de un mes son demasiadas. Y a la vez, un privilegio que no se suele tener habitualmente. En China estos días casi todo el mundo está de vacaciones, los servicios se reducen a la mínima expresión, las tiendas pequeñas cierran, la escuela es como un desierto y sería sencillísimo rodar un 'slasher'. Suenan petardos a todas horas y "xin nian kuai le" (feliz año nuevo) se ha convertido en una frase habitual.

Los supervivientes de este apocalipsis de año nuevo (es decir, las pocas personas que quedamos en la residencia) intentamos también disfrutar de estos días: viendo películas y series, leyendo capítulos de libros que se quedaron en el tintero, saliendo a cenar juntos o disfrutando de la soledad. Cada uno tiene su manera de pasar estos días de año nuevo y siendo sincero están siendo unos días decentes.

La noche más festiva del año chino, la del domingo al lunes, la del cambio de año, la pasamos celebrando una fiesta en casa de unos compañeros alemanes. Lo curioso es que ellos no estaban, se fueron a Filipinas y le dejaron las llaves del piso a Javier, junto a un permiso tácito de uso moderado de la vivienda. Allí nos reunimos un buen grupo, preparamos cena y vimos juntos como cambiaba el año. Lo pasamos muy bien, comiendo tortilla y tacos, bebiendo vino y zumo de naranja, charlando y viendo los fuegos artificiales que marcaban la entrada del año de la vaca (o del buey, según se traduzca).

Un cambio de año más, uno menos, el primero de los muchos que todavía quedan y el mundo sigue igual, con Obamas, vendavales con finales trágicos, amigos que arreglan sus nuevas viviendas e historias que empiezan y acaban. Cada año que pasa me pregunto los motivos por los que celebramos el cambio de año y a veces no logro entender la ceremonia. Pero luego veo por la tele las calles y avenidas llenas de gente andando y cayendo lentamente por el efecto del alcohol, diciendose a ellos mismos que todavía tienen tiempo para arreglar las cosas y entiendo que es una forma de darse un respiro: "Girls (and boys) just want to have fun" dice la canción y así es, jugando como niños desde el atardecer hasta el amanecer. Quemando los minutos de prórroga, sintiéndose jóvenes por ¿última? vez. Y es entonces cuando este año nuevo cobra sentido para mi, más que ningún otro.

El observador curioso abre su libreta y se dispone a escribir, testimonio infiel de las cosas que pasan, almacén de historias reales y ficticias, mente abierta, corazón cerrado, dedos aferrados a un lápiz. Comienza la función: "Dos celebraciones de Año Nuevo en menos de un mes son demasiadas..."

Próxima parada: Tokyo. Os mantendré informados.
Escuchando: "Grey room" de Damien Rice.

martes, 20 de enero de 2009

Recuerda

Creo que más de una vez he explicado que muchas veces empiezo un post y lo dejo a medias. Los motivos son variados y no es el momento de explicarlos. El post de hoy es especial, porque va a recuperar algunos de esos posts que se quedaron sin publicar: son títulos, frases, ideas a medio escribir, pero son parte del camino, a veces tortuoso, de la vida en Shanghai.

15/01 Combates cotidianos
En general tengo buena memoria y recuerdo muchas de las cosas que me cuentan; también soy capaz de recordar gran parte de las cosas que explico, de las palabras que salen por mi boca expresando algún tipo de mensaje. Y cuando me pongo a revolver los documentos almacenados ahí, dentro de la memoria, suelo pensar que muchas de las cosas que he dicho no tenían ningún sentido o no expresaban para nada mi realidad. Y no es cuestión de ser sincero o no serlo, es cuestión de sentir o no las cosas que cuentas, de creerlas o no. Todos podemos pensar una cosa en un momento determinado y luego reflexionar y darnos cuenta de que nuestra aproximación no era del todo correcta, forma parte del continuo proceso de aprendizaje, pero ¿qué puedes pensar cuando todo lo que dices es una especie de impostura? ¿Es así o simplemente estás evaluando de forma excesivamente crítica...

10/01 residuos vitales en entornos hostiles
recuerdo cuando todo era mejor de lo que suponía que era, recuerdo cuando mi mirada era más limpia y yo tenía algo más de ilusión, recuerdo cuando todo era nuevo y me divertía y cuando sentir era algo maravilloso y no un lujo al alcance de unos pocos
recuerdo cuando viajaba entre ecosistemas y veía a personas reir y llorar, hablar y discutir, comportarse como personas en definitiva; recuerdo también todas aquellas cosas que ahora he olvidado y que más pronto que tarde construirán el poso de historias que quedará entre las páginas de libros olvidados
recuerdo que me llamabas y yo respondía, que te llamaba y respondías, que el silencio no existía y al mirar alrededor no todo era negro ni estaba vacío

20/11 El frío
Ha llegado el frío a Shanghai y es un frío húmedo, que cala y no gusta, del que es imposible desprenderse. Y este frío es el preludio de lo que vendrá pues aquí las temperaturas bajan todavía un poco más. Afortunadamente nos han encendido la calefacción, gracias CEIBS, gracias.
En otro orden de cosas, estamos ultimando los trabajos que nos quedan, en tres días de clase (lunes, martes y miercoles próximo) se habrá terminado el Term y tendremos que empezar a estudiar para los exámenes. Pero esto se acaba por ahora amigos, y la verdad es que tengo ganas. Echar la vista atrás implica recordar la cantidad de horas delante de la mesa, los días metidos en una sala haciendo trabajos en grupo, las horas de clase,...

08/11 En resumen
Llevo días con tiempo libre pero sin nada que contar, llevo días relajado pero sin inspiración, llevo días abriendo la página del blog, escribiendo unas líneas y cerrándola a continuación. En este impás he borrado un post que sólo dos o tres personas deben haber visto, y los motivos por los que lo he borrado son claros: no tocaba, no era el sitio ni el lugar para eso. Nunca lo ha sido. Nunca lo será.
Y ahora me encuentro de nuevo con una página en blanco, con ganas de escribir pero sin nada que contar, porque sinceramente aquí no pasa nada. Los días se pueden tachar sobre una pared siguiendo un anodino devenir. Y es culpa mía. Sé que las oportunidades de hacer cosas están ahí afuera, entre la gente que deambula por los pasillos o la biblioteca, en las calles de Shanghai, en Puxi y en los bares. Entre las tarjetas que la gente te da seguro que encuentras un número, un nombre que puede cambiar por unos segundos tu vida, hacerte salir de la rutina, pero yo tengo todas las tarjetas guardadas en un cajón. Las oportunidades están ahí y yo estoy aquí, delante del teclado.

16/10 De como nos comimos las lagartijas
Que este título no os engañe puesto que en realidad no me he puesto tibio tragando rabos de lagartija...

miércoles, 14 de enero de 2009

De patos y perros


Visitamos el otro día un restaurante especializado en pato pekín y la verdad es que la comida estaba bastante buena. Como regalo extra pedimos un plato que tenía carne de perro, sí, carne de perro. Y la verdad es que ni tenía un sabor demasiado destacable ni estaba especialmente buena, pero es una experiencia.


jueves, 8 de enero de 2009

Cuenta una historia...

que un día un pequeño personaje llegó a un lugar lleno de extraños. Cuenta esa misma historia que el pequeño personaje empezó a mirar a su alrededor y a buscar caras conocidas y al no encontrarlas cerró los ojos muy fuerte y deseó que su pesadilla terminara. Esa historia no tiene un buen final pero ya que he empezado os la tengo que contar: el hombrecillo (dejemos eso de pequeño personaje) abrió los ojos y todo seguía igual porque, como ya habreis imaginado, no estaba viviendo un sueño sino la cruda realidad. Con lágrimas en los ojos echó a correr mientras sonaba una música que no lograba reconocer (me gusta imaginar la historia con los Killers de fondo cantando "Are we human or are we dancers?") y aunque corría y corría no conseguía moverse. Los extraños seguían allí mirándolo o ignorándolo y el volumen de la música era cada vez más alto y los oidos le dolían y los ojos se enrojecían y el hombrecillo deseaba que todo acabara aunque era plenamente consciente de que el final no sería bueno.

Esta historia me la contaron el otro día, no recuerdo exactamente donde ni quien pero me pareció más interesante contada que ahora que la veo escrita. La verdad es que no tengo muy claro porque he decidido empezar el post así, posiblemente porque no sabía como empezar el primer post después de tanto tiempo de ausencia. A propósito de esto tengo otra historia pero creo que ahora no es el momento de contarla. Me la guardo para el futuro. Lo que sí os voy a contar es que he vuelto a China, estoy en la escuela desde el martes y con las clases y algún que otro trabajo encima. Hace frío y como me estoy resfriando un poco, he decidido ser bueno estos días y me estoy resguardando en la tranquilidad de mi habitación. Todavía no me he acostumbrado a estar aquí de nuevo, será cuestión de días el vencer el jet lag y ponerme mejor. Se me hace duro, físicamente hablando, todo el proceso de adaptación a las horas aquí, pero el tiempo ayuda. Respecto a las clases, las asignaturas parecen interesantes y la clase con sus cambios está bastante bien. Echo de menos alguna presencia española más en mi clase pero hay que respetar los designios de la MBA office.

No hay nada emocionante que contar pero manteneros en sintonía que volveré pronto. Con más historias.