lunes, 2 de noviembre de 2009

Capítulo 9. Que usted lo pase bien

Más de una semana sin escribir, vuelvo a las andadas. Mil excusas, mil historias, mil cosas para justificar todos estos días sin publicar una palabra. No lo voy a hacer. Es una tonteria.

Domingo noche, after Halloween. Día tranquilo en casa, viendo la tele (maratón de 'V') y leyendo cosas para esta semana de clases.

Sábado noche, fiesta de Halloween en Hollywood. Local razonablemente lleno de gente de Anderson. Todos disfrazados. Mi disfraz de Max ('Where the wild things are') no pudo ser por problemas con el elemento principal del disfraz, el pijama. Al final me puse una capa y me pinté la cara de blanco. Algo bastante patético y lamentable. Afortunadamente la fiesta terminó rápido. ¿Afortunadamente? Triste...

Sábado mañana, billetes a Mexico comprados. Vamos en Thanksgiving. Espero pasarlo bien.

Viernes, tengo que terminar un assigment y me paso todo el día en casa, escribiendo.

Jueves, el día se complica desde primeras horas de la mañana. Cuando me despierto no funciona internet ni el teléfono ni la tele por cable. El técnico viene y nos cuenta que el viento huracanado que lleva soplando en LA desde hace un par de días ha provocado una avería. Empieza a hacer arreglos pero me cuenta que hay algo que no acaba de funcionar. A eso se añade que tienen que venir a arreglar la puerta de entrada, algo de una inspección del Ayuntamiento. Me tengo que quedar en casa a esperar que lo arreglen todo. Pierdo una clase. Afortunadamente, la puedo recuperar dos horas más tarde en otra sección. Por la noche, en la clase de televisión, responsables de marketing de FOX y FX nos hablan del marketing de Glee y Sons of anarchy. Estoy impresionado. Además nos han dado una gorra y una camiseta de Glee, nada del otro mundo pero hace gracia.

De miercoles a lunes, hace viento y algo de frío. No pasa nada especial salvo que mi primera idea de traje se estropea y tengo que improvisar otra cosa. Pero esto ya lo he explicado.

De vuelta la presente me voy a dormir. Me leeré antes un capítulo de Pygmy, el extrañísimo libro de Palahniuk. Compadezco al traductor que tenga que lidiar con ese toro.

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