Un español entre chinos

Escribo esto a las doce menos cuarto de la noche, en un breve receso entre un Power Point y mis deberes de chino. La buena vida está próxima a su fin o debería decir que ha se ha acabado porque hoy mismo he empezado el English Pre-Course, ese curso de cuatro semanas en el que voy a "mejorar" mi nivel de inglés y voy a compartir horas y horas con un buen puñado de compañeros y compañeras chinas.

Las clases a priori no son nada agobiantes, al menos no la de hoy. Por la mañana más speaking, por la tarde más listening. El problema principal es que ya tenemos que preparar una presentación para el próximo viernes y eso implica trabajar con los compañeros y trabajar en la soledad de la habitación. Yo que soy muy vivo he conseguido que mis compañeros no vean esto como algo a lo que nos tenemos que dedicar en cuerpo y alma, y vamos a simplificar un poco el tema y a no reunirnos tanto. Afortunadamente he ganado eso; el punto negativo está en que implica trabajo con independencia de lo poco o mucho que nos reunamos.

Mi grupo es bastante majo: Aaron, Jennifer, Sam y servidor. Que no os engañen los nombres, son todos chinos pero se ponen nombres pronunciables para el resto de mortales. Una de las cosas más curiosas que ocurren es que a veces se ponen a hablar en chino entre ellos y no sé si están comentando alguna cosa que no han entendido o me están poniendo verde. Cualquiera de las dos opciones es posible.

El resto del día casi inexistente porque entre eso, las clases de chino, hacer los deberes, ir al gimnasio y salir a cenar con los MBA07, se pasa el tiempo volando.

Voy con mis deberes de chino que si no Jane me matará mañana.